La solución está en lo asistencial

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Jueves, 4 de octubre de 2018

CORREO FARMACÉUTICO

Farmacéuticos proponen un mensaje de consenso para impulsar el modelo de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales.

En una sociedad en constante evolución, la oficina de farmacia y los farmacéuticos como agentes sociales y sanitarios están obligados a transformarse con ella; y hacerlo en paralelo para no quedarse fuera de juego. Una farmacia cada vez más asistencial, más comunitaria y más cerca del paciente sería una buena respuesta a esas nuevas necesidades que plantea la población, como se ha puesto de manifiesto en la primera jornada del 21 Congreso Nacional Farmacéutico, que se está celebrando desde este miércoles en Burgos.

“La farmacia o es asistencial o no es farmacia; tenemos que dar respuesta como un profesional más del SNS al envejecimiento, la cronicidad, la mejor gestión del medicamento, la falta de adherencia…”, defiende el vicepresidente del Consejo General de COF, Luis Amaro, en declaraciones a este periódico. “El futuro de la profesión es una farmacia asistencial y así lo reconocen todas las sociedades científicas farmacéuticas, organismos, organizaciones colegiales, y demás patronos de la Fundación Pharmaceutical Care España”, coincide la presidenta de dicha fundación, Mercè Martí.

Para afrontar los nuevos retos de la sociedad los farmacéuticos tienen una “buena formación científica”, aunque “es necesaria una mayor formación clínica e integración con otros niveles asistenciales. Evidentemente aquéllos que se han actualizado en el área asistencial están en una mejor posición para superar estos retos”, añade Martí.

La percepción generalizada de la farmacia de servicios aún hay que trabajarla

En este sentido, el presidente de la Federación Española de Estudiantes de Farmacia (FEEF), Sergio González Alfaro, informa de que el Grado en Farmacia consta de 300 créditos, de los cuales seis corresponden a Atención Farmacéutica (AF) –12 si contamos la Farmacia Clínica–. Es decir, sólo un 4 por ciento de la formación total de la carrera se corresponde a la AF. Sin embargo, no considero que los estudiantes no estemos capacitados para enfrentarnos al futuro y satisfacer las necesidades que demanda la población, ya que si algo nos caracteriza es nuestra actividad y continua formación”.

Obviamente ya hay mucho camino andado. La Farmacia ha ido trabajando en esta línea muy activamente hace más de una década, “con vocación de innovación y anticipación”, y ahora la hoja de ruta es “ampliar el plan estratégico de AF (HazFarma), conseguir consolidar esa evolución de la farmacia comunitaria hacia la farmacia asistencial por la vía de los servicios profesionales trabajando en los aspectos que lo permitirían”, subraya Amaro.

Estrategia común

“Los colegios y algunas sociedades científicas han conseguido avanzar en las definiciones, lenguaje y procedimientos para estos nuevos servicios; han realizado cursos de formación y desarrollado servicios profesionales farmacéuticos asistenciales (SPFA), promocionando la labor del farmacéutico; pero hay falta de unidad en el planteamiento y difusión de una estrategia común que permita implementar lo conseguido”, analiza Martí. Para González Alfaro, el reto también está en que la AF sea de calidad.

El presidente de los estudiantes echa de menos la falta de farmacéuticos en órganos de toma de decisión y gestión de ideas, para que puedan desarrollar todo su potencial y aportar a la sociedad todo lo que la profesión puede ofrecer. Y añade: “No tiene sentido que el sanitario más próximo al paciente, en contacto directo con la realidad de éstos y con mayor accesibilidad, no esté integrado en el SNS. La Administración debería y debe apoyar más a la oficina de farmacia como un establecimiento sanitario”.

La postura de las administraciones con respecto a la farmacia comunitaria no es homogénea y existen diferencias entre las distintas comunidades autónomas. “En algunas como Cataluña o País Vasco hay ya una larga trayectoria de contratación de servicios profesionales para responder a los principales problemas de salud pública, mientras que otras no parece que sean tan conscientes de lo que puede aportar la farmacia en ese campo; en general, hay un amplio margen de mejora”, reflexiona la presidenta de Pharmaceutical Care. La colaboración con otros sanitarios o la integración en equipos multidisciplinares son también demandas de estos tres farmacéuticos.

Lo que queda por hacer

Desde luego, queda mucho por hacer, en opinión del vicepresidente del Consejo General de COF: “Debemos seguir con la lluvia fina. La sociedad, en general, es leal con su farmacéutico, pero quizá no existe aún una percepción generalizada de la farmacia de servicios. La mejor vía para conseguirlo es la concertación de servicios concretos con las autonomías. Y el ministerio debe conocer también lo que hacemos para transmitirlo”. En este sentido, Amaro incide en la importancia de que el trabajo vaya dando resultados “incuestionables e irrebatibles”. Amaro enumera, en este sentido, los programas conSigue, AdherenciaMed y Concilia. “Es fundamental medir los resultados de esos servicios y ofertarlos de la misma manera en cada territorio. No se puede seguir enseñando cómo realizar servicios que nadie paga, nadie pide y casi nadie conoce”, reclama Martí.

El Consejo General y los COF tienen asumida su labor de seguir construyendo por este camino, aportando a los profesionales de base herramientas y formación continuada para adquirir destrezas y habilidades que les permitan asumir los proyectos asistenciales que se van desarrollando y que, además de mejorar la salud de los pacientes, generarán eficiencias en el SNS. “Estamos seguros de que vamos a conseguirlo”, proclama Amaro.