EL GLOBAL
Aunque el PE apoya excluir las profesiones sanitarias del “test de proporcionalidad”, el sector prefiere ser prudente.
Hace tiempo que, respecto a la liberalización de las profesiones sanitarias, la Comisión Europea cogió para sí misma ese papel deDon Erre que Erreque Paco Martínez Soria —dando ‘vida’ a Rodrigo de Quesada— llevó al mundo del cine en la década de los setenta. Aunque anteriores intentos han caído en saco roto, la fortaleza de la entidad —toda una Comisión Europea— invita siempre a la prudencia ante nuevos arreones.
Ahora bien, igual de fuerte es el portazo que, hasta el momento, viene recibiendo ante sus pretensiones. Ya sean dados por la propia profesión, por otros organismos de enjundia (como el Parlamento Europeo) o por la Justicia, según el caso o en el cómputo de todos. Es lo que podría volverle a ocurrir respecto a su enésimo intento —aún encocinas ycon una larga tramitación por delante— para que el ejercicio en profesiones sanitarias como la Farmacia se rija por las normas comunes de los mercados con los que nada tiene que ver. La propuesta de Directiva europea para aplicar el test de proporcionalidad y evaluar así si la imposición por los Estados de ciertas restricciones de acceso al ejercicio en determinados sectores son “proporcionales” con el fin que persiguen no parece contar con el visto bueno del Parlamento Europeo. Al menos, en lo referente a profesionales sanitarios como médicos, dentistas y farmacéuticos.
Los representantes de la profesión farmacéutica prefieren no lanzar las campanas al vuelo al avisar que a este proyecto de directiva aún le quedan muchas reuniones, comisiones y votaciones que ‘atender’. Pero, de momento, las sensaciones son positivas. La Comisión de Sanidad del Parlamento Europeo ya ha emitido un proyecto de opinión en el que pide “excluir” a las profesiones sanitarias de esta directiva. Una petición a la que sumaron otros eurodiputados, profesionales y juristas que participaron el pasado 18 de octubre en una jornada en el propio Parlamento Europeo bajo el titulo: “¿Economía vs Sanidad? La aplicación del test de proporcionalidad en las profesiones sanitarias de la UE”.
La postura ‘oficial’ ligada a esta directiva fue expuesta en esta jornada por Irmfied Schwimann, subdirectora general de diversas áreas de la Dirección General de Mercado Interior de la Comisión Europea. La representante de Mercado Interior de la CE indicó que la CE “no quiere intervenir directamente en cómo los Estados regulan sus profesiones sanitarias, pero sí que los propios Estados se pregunten y hagan su propio análisis de la proporcionalidad de sus regulaciones”.
Más en concreto, Schwimann señaló que la propuesta de directiva para aplicar el test de proporcionalidad “no es tanto una cuestión económica, sino de transparencia”.
A vueltas con la proporcionalidad
En opinión de la representante de Mercado Interior de la CE, “la aplicación de la proprocionalidad no es una obligación nueva; queremos conocer los argumentos que respaldan la regulación”.
Sobre esta cuestión, la eurodiputada y coorganizadora del encuentro, Lieve Wierinck —a su vez miembro de la Comisión de Sanidad del Parlamento Europea— había abierto el encuentro afirmando que “la proporcionalidad es un principio general de la legislación de la UE y debe respetarse. Nadie de quienes han venido al Parlamento Europeo desafía este principio”. Eso sí, replicó, “no deberíamos no usar los mismos principios para las profesiones sanitarias que los que rigen profesiones que brindan servicios de puro interés económico”.
Asimismo, el presidente del la patronal farmacéutica europea PGEU, Rajesh Patel, defendió que “las profesiones sanitarias ya están sujetas actualmente a una evaluación de proporcionalidad por parte de las autoridades competentes”. Patel aboga porque “en vez de introducir nuevas exigencias, la CE debería centrarse en la implementación de la Directiva de cualificaciones profesionales”.
Llamada a la calma
La semana pasada, la eurodiputada socialista Soledad Cabezón daba por hecho en un comunicado público que el proyecto de opinión de la Comisión de Sanidad de la Cámara de excluir a las profesiones sanitarias “fija la posición del Parlamento Europeo y habrá de ser tenido en cuenta en el informe final de la Comisión de Comercio Interior , donde se votará próximamente antes de ir a Pleno”. Esta votación a la que aludía Cabezón tendrá lugar el 5 de diciembre.
La eurodiputada se aventuraba a confirmar que “las profesiones sanitarias seguirán la regulación nacional, tal y como reclamaba el sector”, y por lo cual mostraba su “satisfacción”. Sin embargo, desde la profesión farmacéutica prefieren rebajar las expectativas y mantener la prudencia. “Es evidente que se ha ganado una batalla y que estamos en una situación más favorable que cuando conocimos por primera vez las intenciones de la CE con esta propuesta de directiva, pero aún queda mucho recorrido por delante que nos invita a mantener la calma y seguir trabajando”, expone a EG Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF).
Aguilar —quien estuvo presente en la jornada celebrada en el Parlamento Europeo junto a otros representantes de la distribución farmacéutica nacional— regresó a España con buenas sensaciones, pero recordando que “la CE sigue en sus trece, como quedó patente con la intervención de la representante de Mercado Interior”. “Ahora bien, nuestra impresión es que tenemos razón”, indica por contra el presidente del CGCOF.
El escenario que se plantea por delante y que invita a Aguilar a mantener la prudencia pasa por la próxima votación por la Comisión de Comercio interior del texto final que deberá aprobar el Pleno del Parlamento. Un trámite que puede alargarse durante los próximos seis meses. Una vez ello ocurra, se abrirá el periodo conocido como “trílogos”, en el que en reuniones internas (y de las que poco suele trascender), la Comisión Europea, el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo darán forma al contenido final de la directiva.