La farmacia catalana demuestra con datos su valor asistencial

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Miércoles, 18 de julio de 2018

DIARIOFARMA

Las farmacias catalanas son un referente en el desarrollo de proyectos y servicios profesionales, que crecen no solo en número, sino en implicación por parte de sus profesionales. Los datos facilitados a Diariofarma por el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona correspondientes al año 2017 revelan que han sabido sumar a la profesión en la idea de que la mejor forma de demostrar que la oficina de farmacia es un agente sanitario capaz de aportar valor a la sociedad y al sistema es mediante iniciativas y sus resultados.

Esto importante, según el responsable de Atención Farmacéutico del COFB, Guillermo Bagaría, porque “como entidad colegial, el desarrollo de la farmacia asistencial es un objetivo estratégico”, apunta. “El farmacéutico tiene que aportar valor al sistema para justificar su existencia”, señala. En su opinión, el modelo actual de farmacia no puede justificarse solo por la proximidad, accesibilidad y disponibilidad del producto, porque hay actores no sanitarios que en un corto plazo ya podrán ofrecer esto de manera más eficaz y económica.

“Si queremos preservar la profesión, tenemos que aportar valor a la sociedad, mediante garantía de seguridad, compromiso, conocimiento y acompañamiento en los problemas de salud”, subraya. “La farmacia asistencial justifica nuestra presencia, fideliza al usuario  y hace que el valor del farmacéutico no recaiga solo sobre el producto, sino sobre el conocimiento que aporta, y el equilibrio entre la vertiente más comercial y el valor profesional es donde el farmacéutico debe definir su modelo de negocio y de farmacia”, afirma.

Mayor participación

Los datos de participación de las farmacias de la provincia de Barcelona en los servicios profesionales impulsados por el COFB son un argumento de peso a la hora de defender las ventajas de tener un farmacéutico asistencial en el barrio, señala Bagaría. En lo que respecta al Sistema Personalizado de Dosificación, un total de 1.257 farmacias estaban acreditadas para ofrecerlo en 2017, 112 más que el año anterior.

En lo que respecta a los servicios concertados con la Administración, destaca especialmente el programa de cribado de cáncer de colon y recto, en el que en 2017 participaron 1.374 farmacias, aproximadamente un 30% más que el año anterior. Un total de 307.931 usuarios (con un aumento de 73.105 respecto al año 2016) fueron atendidos mediante este programa, del que el también tesorero del COFB destaca su impacto sobre la prevención del cáncer. “Se trata de pacientes que, de otro modo, no hubieran sabido que sufren un problema grave, por lo que para los farmacéuticos es muy gratificante participar en este engranaje”, señala. El de detección precoz del VIH, con el test rápido, mantiene el nivel de participación, con 71 farmacias que lo ofrecen y la realización de unas 3.000 pruebas anuales.

Guillermo Bagaría, responsable de proyectos profesionales del COF de Barcelona, durante su intervención en Infarma

También ha experimentado un crecimiento programas emblemáticos y con amplia trayectoria como son el de intercambio de jeringuillas, con 288 farmacias colaboradoras (cuando en 2016 eran 248), y el de mantenimiento con metadona, con un número casi igual de farmacias participantes (89), si bien han aumentado los pacientes atendidos (724 en 2017 y 677 en 2016). Para Bagaría, ambas iniciativas tienen un especial valor social. “Es un orgullo poder ayudar a colectivos tan vulnerables a normalizar sus vidas mediante la red de farmacias participantes”, apunta.

Programa de AF al paciente crónico y complejo

Una de las iniciativas que demuestra la aportación en resultados en salud de la oficina de farmacia es el programa de atención farmacéutica al paciente crónico y complejo, en el que en 2017 participaron 163 farmacias barcelonesas, en colaboración con 27 equipos de Atención Primaria.

El seguimiento con SPD desde la farmacia permite valorar el impacto del servicio sobre la evolución de la enfermedad, en cuanto a consultas al médico, ingresos en Urgencias, indicadores de salud, problemas relacionados con medicamentos o adherencia al tratamiento prescrito. El objetivo de este programa es, según explica el responsable de Atención Farmacéutica del COFB, demostrar que los resultados positivos de la intervención del farmacéutico justifican la incorporación del servicio en la cartera de servicios que se conciertan con la Administración.

Salir del mostrador para formar a las personas mayores

Otro de los programas que destacan y a los que se ha dado un nuevo empuje es el de educación sanitaria a la gente mayor. En 2017, 31 farmacéuticos impartieron charlas a 881 personas, sobre utilización correcta de medicamentos. Este servicio, que está retribuido con 100 euros por sesión, “permite a estos profesionales salir del mostrador, hacerse visibles en otros ámbitos como centros de salud, promocionar que son un actor sanitario, que tienen otros intereses aparte de la venta de productos y que se preocupan por la salud del barrio”, afirma Bagaría. También pensando en el bienestar de la comunidad, el proyecto Radars, para detectar a personas mayores de 75 años que viven solas en riesgo de aislamiento y exclusión, ha ganado en número de farmacias participantes, que ha pasado de 495 y 712 usuarios detectados en 2016 a 516, con 865 casos identificados.

Entre los servicios concertados y retribuidos en farmacias catalanas también cabe resaltar el de farmacias centinela, del que forman parte un total de 60 en Cataluña, que realizan notificaciones de farmacovigilancia, sobre dispensación de la píldora postcoital o medicamentos de abuso. Mensualmente, las farmacias trasladan la información recogida a la Agencia de Salud Pública de Cataluña, para que proceda a su valoración y pueda establecer acciones de mejora. Este servicio fue remunerado con 475 euros netos por los seis meses de participación en 2017, y se espera un aumento de este importe, aún por fijar.

Implicación en campañas sanitarias

Más allá de los servicios y programas, el COFB es especialmente activo en el desarrollo de campañas sanitarias. La de atención en diabetes contó con 801 farmacéuticos (de 322 farmacias), que registraron 2.354 intervenciones. El 20% de los participantes tenían glicemia basal alterada y el 9% fueron derivados por presentar hiperglucemia basal.

La campaña para la prevención de problemas de piel (Atenció Pell) involucró a 323 farmacias, que realizaron 4.819 intervenciones. El 63% de los participantes tenían factores de riesgo y más de la mitad no seguían un control dermatológico. A estas se sumaron en 2017 la de información sobre mosquitos, la de detección precoz del aneurisma de aorta abdominal o la de promoción sobre la prevención de la gripe.