CORREO FARMACÉUTICO
Un estudio piloto, llevado a cabo en 18 farmacias de toda España, demuestra que la actuación del farmacéutico modifica la actitud de los no adherentes al tratamiento en un 13 por ciento de los casos.
Los pacientes no adherentes podrían ser detectados "de manera ágil y dinámica en la dispensación" desde el mostrador, en tan solo cinco minutos. Así lo asegura a CF Rosa Prats, presidenta del Comité Científico VIII Congreso de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) 2018 e impulsora de un estudio piloto avalado por esta sociedad, que ha demostrado que la actuación del farmacéutico puede cambiar la actitud del paciente no adherente en el 13 por ciento de los casos analizados.
Tras la publicación de la guía de Sefac, el pasado noviembre, ADHe+. Dispensación, adherencia y uso adecuado del tratamiento, Eugenia García-Zaragoza, farmacéutica titular en Alicante (Comunidad Valenciana) y coautora del trabajo, explica a este periódico que se decidió iniciar un proyecto en 18 farmacias de toda España "con un perfil de trabajo en esta línea". Cada autor de la guía pudo elegir a dos colaboradores, que se formaron para identificar a cualquier paciente que no estuviese cumpliendo el tratamiento que tenía prescrito, a través de la revisión de la medicación, y actuar para conocer las causas de la no retirada.
No siempre son no adherentes
El estudio, cuyos autores tienen intención de ampliar próximamente, buscó además, por un lado, conocer las razones de no recogida de los medicamentos disponibles en la receta electrónica por parte de los pacientes; y, por otro, hacer un perfil de los pacientes no adherentes y proveer de herramientas de comunicación al farmacéutico comunitario a través de la guía ADHe+.
García-Zaragoza detalla que los 303 pacientes cuya medicación se revisó, fueron elegidos aleatoriamente, y se les preguntó qué farmacos iban a retirar ese día. "Observamos que el 53 por ciento de ellos se lo llevaba todo y el resto solo pedía algo concreto", explica.
Para la farmacéutica lo más interesante que vieron fue que no todos los pacientes que no recogían la medicación eran no adherentes, sino que no lo hacían por discordancias entre lo que el médico les había prescrito en la consulta y lo que aparecía en la e-receta, por cambios en la dosis o anulación de tratamientos, o porque eran fármacos a demanda. En este último caso, García-Zaragoza especifica que ocurría con medicamentos como inhaladores, insulinas, colirios, analgésicos y antialérgicos, fármacos que supusieron el 57 por ciento de los medicamentos no retirados.
La farmacéutica valora estos datos como "muy positivos para los médicos que están en los centros de salud, porque ellos suelen creer que el motivo de la no retirada del fármaco es la no adherencia. Este error se podría mejorar si pudieramos comunicarnos con ellos a través de una vía rápida", demanda.
En la misma línea, Prats recuerda que "detectar la no adherencia no es fácil. Necesitas hablar con el paciente y preguntar. Los tiempos en las consultas médicas no son muy bondadosos, pero ellos tienen acceso a datos clínicos en los que se refleja la efectividad del tratamiento. Una comunicación adecuada entre profesionales médicos y farmacéuticos podría resolver muchas dudas de la no efectividad de los mismos", subraya.
Retiran pero no la toman
Cuando los pacientes acudían a retirar una parte de la medicación prescrita, se les hacía una serie de preguntas para valorar el conocimiento de su tratamiento y se les pasaba el test de Haynes. "Nos sorprendió ver que el 13 por ciento de ellos eran, en realidad, no adherentes, porque descubrimos que luego no tomaban esos fármacos", señala García-Zaragoza. Esto indica que la no adherencia se situó en un 27 por ciento, un dato "bajo" comparado con otros estudios.
Así lo apunta también Miguel Aguiló, farmacéutico comunitario en Palma de Mallorca (Islas Baleares), que asegura que este test "suele sobrestimar el cumplimiento. La detección única de retirada o no de los medicamentos es una medida útil si se acompaña de la intervención sugerida en el estudio. El test de Haynes es una buena elección, es sencillo y fiable, mejor que el tan utilizado de Morisky-Green, aunque requiere algo más de tiempo", considera el farmacéutico.
Aguiló señala que "se ha hecho un esfuerzo para conseguir una guía rápida y completa en un aspecto que no es sencillo de abordar", pese a representar ungrave problema de salud pública, y añade que echa en falta alguna mención a los SPD (sistema personalizado de dosificación) y recomienda trasladar al paciente a la zona de atención personalizada para realizar la intervención del estudio.
García-Zaragoza apunta que lograr reconducir a un 13 por ciento en tan poco tiempo es un buen dato, que, según Prats, se mejorará cuando se amplíe el estudio y las estrategias para abordar la adherencia "con todos los profesionales que giran en torno al paciente".
El ‘banalizador’, el paciente más frecuente en el incumplimiento
Según las respuestas obtenidas en el protocolo de actuación, los autores del estudio tipificaron a los pacientes en los banalizadores, que no dan mucha importancia a su enfermedad y creen que no necesitan el tratamiento o lo modifican; los desconfiados con la medicación prescrita, y los confundidos, normalmente mayores polimedicados que no entendían su tratamiento."El 30 por ciento de ellos era banalizador", señala Eugenia García-Zaragoza, investigadora del trabajo. Rosa Prats, también coautora, añade que los confundidos también abundan. "Para estos pacientes existen medidas educativas, pues muchas veces, tienen falta de información sobre su enfermedad, o medidas profesionales, ya que también necesitan que se genere confianza con su profesional", subraya. García-Zaragoza indica que el abordaje de cada perfil aún no está desarrollado, pero la idea es buscar estrategias individualizadas cuando se amplíe el estudio.